El Informe de País de la Comisión Europea sobre Rumanía 2024 ofrece un análisis exhaustivo del desempeño económico, la dinámica del mercado laboral y la salud fiscal del país. En 2023, el crecimiento del PIB real de Rumanía se desaceleró al 2,1 %, frente al 4,1 % de 2022. Esta desaceleración se debió principalmente a las restrictivas condiciones financieras, la lenta desinflación y el débil crecimiento del crédito privado, que, en conjunto, limitaron la renta real disponible y la demanda interna. Además, la débil demanda externa afectó negativamente a la producción manufacturera. A pesar de estos desafíos, el mercado laboral se mantuvo sólido, y los salarios reales experimentaron un crecimiento a medida que la inflación se moderaba en el segundo semestre del año. Un notable aumento de las inversiones en infraestructuras públicas financiadas por la UE contribuyó a compensar la caída del consumo privado y las exportaciones. En consecuencia, el déficit por cuenta corriente se redujo a aproximadamente el 7 % del PIB en 2023, lo que refleja tanto la moderación de la demanda interna como la mejora de los términos de intercambio. No obstante, este déficit sigue siendo considerable, impulsado principalmente por importantes déficits públicos.
De cara al futuro, se proyecta que el crecimiento económico se acelere hasta alrededor del 3% tanto en 2024 como en 2025, impulsado por el aumento de la renta real disponible, que se espera impulse el consumo privado. Este aumento previsto de la renta disponible se atribuye en gran medida al gasto del sector público y a importantes aumentos de salarios y pensiones. Se prevé que la inversión se mantenga resiliente, respaldada por una política fiscal favorable y una sólida financiación de la UE, incluidas las asignaciones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y los Fondos de la Política de Cohesión. No obstante, se espera que el déficit por cuenta corriente se mantenga en niveles elevados durante este período.
La inflación mostró indicios de moderación, con un Índice de Precios al Consumo Armonizado promedio del 9,8% en 2023, frente al 12% de 2022. Esta disminución se vio influenciada por una política monetaria más restrictiva, una actividad económica más débil y la caída de los precios de la energía. A pesar de esta disminución general, la inflación subyacente se mantuvo ligeramente por encima del 10 % a finales de 2023, impulsada en parte por los rápidos aumentos salariales, especialmente en el sector privado, y las importantes contribuciones de los bienes industriales con alto consumo energético. Si bien se prevé que el crecimiento de los precios se desacelere aún más, hasta alrededor del 4 % para 2025, existen riesgos al alza para la inflación si los salarios y las pensiones continúan aumentando rápidamente.
El análisis exhaustivo de la Comisión Europea, en el marco del Procedimiento de Desequilibrio Macroeconómico, identificó vulnerabilidades persistentes en Rumanía relacionadas con sus considerables déficits por cuenta corriente y fiscales. El déficit externo ha seguido una trayectoria ascendente durante la última década, agravada por los cuantiosos déficits públicos. La persistencia de déficits públicos elevados con las políticas actuales podría incrementar el endeudamiento externo, incrementando la dependencia de la financiación externa y exponiendo al país a cambios en la confianza de los inversores y a perturbaciones externas.
En cuanto al mercado laboral, la tasa de empleo de las personas de 20 a 64 años aumentó hasta el 68,7 % en 2023, aunque sigue siendo una de las más bajas de la UE. Cabe destacar que persisten importantes brechas de empleo, especialmente entre mujeres y personas con discapacidad, que superan la media de la UE. Además, los trabajadores poco cualificados se enfrentan a retos considerables, con una tasa de empleo del 44,9 % en 2022, muy por debajo de la media de la UE del 57,2 % y sustancialmente inferior a la de las personas rumanas con mayor cualificación.
En resumen, si bien la economía rumana ha demostrado resiliencia frente a diversos desafíos, sigue lidiando con problemas estructurales, como importantes déficits fiscales y por cuenta corriente, persistentes presiones inflacionarias y disparidades en el mercado laboral. Abordar estos retos es crucial para garantizar un crecimiento económico sostenible e inclusivo en los próximos años.
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