El Informe de País de la Comisión Europea sobre Lituania 2023 presenta un análisis detallado del desempeño económico del país, la dinámica del mercado laboral y los desafíos estructurales en el marco del Semestre Europeo. En 2022, el crecimiento económico de Lituania se vio notablemente afectado por el aumento de la inflación, que alcanzó el 18,9%, una de las tasas más altas de la Unión Europea. Esta presión inflacionaria se atribuyó en gran medida al aumento repentino del precio de la energía tras la invasión rusa de Ucrania, que afectó significativamente la renta disponible de los hogares y frenó el consumo real. En consecuencia, el crecimiento económico se desaceleró al 1,9% en 2022, con una contracción observada en el último trimestre del año.
A pesar de estos obstáculos económicos, el mercado laboral de Lituania demostró resiliencia. La tasa de actividad repuntó a niveles prepandemia, alcanzando un máximo histórico del 79,0% en 2022, superando la media de la UE del 74,6%. Esto se debió en parte a la alta empleabilidad de las personas que huyeron del conflicto en Ucrania. Sin embargo, persisten desafíos, como una ligera disminución prevista del empleo total en 2023 y una mayor tasa de desempleo en las zonas rurales y entre los trabajadores poco cualificados. El desajuste de cualificaciones sigue siendo un obstáculo importante para la empleabilidad y la competitividad, especialmente en sectores como la construcción, donde las empresas reportan considerables dificultades para encontrar mano de obra cualificada.
En términos de salud fiscal, el déficit de las administraciones públicas de Lituania disminuyó del 1,2 % del PIB en 2021 al 0,6 % en 2022, mientras que la deuda pública se redujo del 43,7 % al 38,4 % del PIB. Estas mejoras se lograron a pesar de la implementación de medidas fiscales para mitigar el impacto de los altos precios de la energía, como las compensaciones del IVA para la calefacción urbana y los subsidios a las tarifas de electricidad y gas. El coste presupuestario neto de estas medidas se estimó en el 1,3 % del PIB en 2022.
El Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) de Lituania desempeña un papel crucial para abordar los desafíos estructurales y promover el crecimiento sostenible. El plan incluye reformas e inversiones destinadas a mejorar la independencia energética, la transformación digital y la inclusión social. Cabe destacar que el capítulo REPowerEU del PRR se centra en acelerar el despliegue de energías renovables, mejorar la eficiencia energética en los edificios y promover el transporte sostenible. Se espera que estas iniciativas reduzcan la dependencia de los combustibles fósiles importados y fortalezcan la resiliencia del país ante las crisis externas.
Los indicadores sociales en Lituania han mostrado cierta mejora; sin embargo, persisten desafíos. La proporción de personas en riesgo de pobreza o exclusión social disminuyó ligeramente entre 2020 y 2021, pero las tasas se mantienen altas entre los adultos mayores y las personas con discapacidad. En 2021, el 22,5 % de la población no pudo calentar adecuadamente sus hogares, una cifra significativamente superior a la media de la UE. La eficacia de las transferencias sociales para reducir la pobreza y la desigualdad también es menor en comparación con otros países de la UE, lo que pone de relieve la necesidad de sistemas de protección social más eficientes.
En resumen, si bien Lituania ha logrado avances encomiables en ciertas áreas, como la participación en el mercado laboral y la consolidación fiscal, sigue enfrentándose a importantes desafíos relacionados con la inflación, la dependencia energética y la inclusión social. La correcta implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia, en particular su enfoque en las transiciones ecológica y digital, será fundamental para abordar estos problemas y garantizar un crecimiento económico sostenible en los próximos años.
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