El Informe de País de la Comisión Europea sobre Hungría 2023 ofrece un análisis exhaustivo del rendimiento económico, la salud fiscal y los retos estructurales del país en el marco del Semestre Europeo. Entre 2017 y 2022, el PIB per cápita de Hungría aumentó de aproximadamente el 69 % al 74,7 % de la media de la UE, lo que indica una notable convergencia hacia los niveles de renta de la UE. El mercado laboral mostró una mejora significativa, con una tasa de empleo del 80,2 % y una tasa de desempleo del 3,6 % en 2022, ambas superando la media de la UE. Sin embargo, a pesar de estos avances, la privación material sigue siendo una de las más altas de la UE, lo que sugiere que el crecimiento económico no se ha distribuido de forma uniforme entre todos los grupos sociales.
La expansión económica de Hungría se vio impulsada por estímulos fiscales y monetarios, lo que dio lugar a una de las tasas de inversión más altas de la UE desde 2017. Sin embargo, la composición de las inversiones se desplazó de los activos que mejoran la productividad, como la maquinaria y la propiedad intelectual, hacia la construcción, lo que limitó el potencial de aumento de la productividad. En 2022, la productividad laboral en Hungría se situó un 32 % por debajo de la media de la UE, lo que pone de relieve la necesidad de reformas estructurales en educación, innovación y entorno empresarial para impulsar un crecimiento sostenible de la productividad.
Las políticas fiscales expansivas y la sólida demanda interna contribuyeron al deterioro de la balanza de pagos, que pasó de un superávit a un déficit del 8,2 % del PIB en 2022. Las presiones inflacionistas se intensificaron, y el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) alcanzó el 25,9 % en el primer trimestre de 2023, el más alto de la UE. Factores como el aumento de los precios de la energía, la depreciación de la moneda y el aumento de los impuestos indirectos exacerbaron la inflación, mientras que medidas políticas como los topes a los tipos de interés y los préstamos subvencionados limitaron la eficacia del ajuste monetario.
La implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) de Hungría ha sufrido retrasos, principalmente debido a la preocupación por la independencia judicial y la protección de los intereses financieros de la UE. El plan incluye 27 "superhitos" destinados a abordar estos problemas, pero a la fecha de publicación del informe, no se habían desembolsado pagos en virtud del PRR. La implementación rápida y eficaz del plan es crucial para impulsar las reformas estructurales y garantizar un crecimiento económico sostenible.
En resumen, si bien Hungría ha avanzado en la convergencia económica y el rendimiento del mercado laboral, persisten importantes desafíos. Abordar los problemas estructurales de productividad, el control de la inflación y la implementación efectiva de los planes de recuperación es esencial para garantizar la resiliencia económica a largo plazo y la conformidad con los estándares de la UE.
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